morar

arte y experiencia de la condición doméstica

ediciones asimétricas, madrid

La “vivienda” es, como participio presente del verbo “vivir”, algo que debe ser “vivido”, como una “agenda” contiene las anotaciones de lo que debe ser hecho. La “vivienda” aquí acabará conformando una “convivienda”, un lugar delimitado en la tierra donde la vida humana se despliega y se comparte propiciando un nudo bien trenzado de vidas humanas. El análisis de la vivienda encierra una teoría del “lugar construido” (casa) que, a su vez, es tributario de una antropología esbozada en su conexión con dicho lugar. En ausencia de literatura técnica y de autoridades reconocidas en las que descansar, Álvaro Galmés echa mano de poetas, novelistas, filósofos y de cuantos creadores hayan dado noticias significativas para meditar sobre ese morar. Emprende con paciencia y delicadeza esta labor recolectora para ir registrando parsimoniosamente, con una sensibilidad y una profundidad muy poco comunes, todos los pliegues, repliegues, sinuosidades y sutilísimos matices de la intimidad humana en la casa fundada y habitada.